Sita. Catalina Delgado
14 de abril,2011
Universidad de Cambridge
14 de abril,2011
Universidad de Cambridge
¿Qué puedo decirle? ¿Cómo empezar éste término? Vale decir, que esto es por suma culpa suya, tristemente.
Quiero relatarle a qué se deben severas palabras. Sin duda, ambos sabíamos que la traición es algo que no toleraríamos, prometimos fidelidad, sin embargo, esa promesa pasó por alto cuando divise una escena esta noche, en que sus preciados labios, que creía que eran míos, y sólo míos, hacían contacto con otros. Con otro Usted estaba, y lo besaba con la misma pasión con la que lo solía hacer conmigo. ¡Cómo me sentí en ese instante! La traición me consumía. Que feo sentimiento es aquel. Estaba detrás de un farol viendo todo, Ud. ni su amante me alcanzaban a ver. Ni mis pies soportaron el peso de mi cuerpo, que caí desvanecido y quebrando de a poco en llanto al piso. Por mi mente pasaba el recuerdo del momento de nuestra promesa. ¿Recuerda Usted?. Con furia y decepción me levante y corrí lo más rápido que pude, llegue a casa y ahora me encuentro solo escribiéndole todo, dado que, jamás me volverá a ver. Sin duda, no me daría la fuerza para volver a ver a sus ojos, ya que, en ellos volvería a ver la traición. No podría aguantar... Por lo tanto, adiós y… hasta nunca.
‘’Le deseo mucha felicidad con su pareja’’
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